domingo, 14 de junio de 2009

• Desarrollo lingüístico de los sujetos con déficit visual



Muchas investigaciones señalan que hay diferentes aspectos relacionados con el desarrollo lingüístico de los ciegos como: el desarrollo léxico semántico, el lenguaje con que los adultos se dirigen a los niños con alteraciones visuales, el uso de pronombres personales, el uso del lenguaje para dar información del medio externo, deseos propios u el estilo que utilizan los ciegos para dar información a personas sin alteración visual. Sin embargo no se presenta ninguna diferencia entre niños ciegos y niños videntes en relación a las primeras palabras que logran decir, así como el niño vidente logra decir 10 palabras a cierta edad, el niño ciego también logra esa capacidad, en él no se encuentra ninguna dificultad en ese ámbito (Alcalá, García, 1986).

Así mismo los niños con déficit visual utilizan en mayor cantidad nombres específicos y palabras que generen acción, un menor número de nombres generales y no utilizan palabras en función de algo (Pérez Pereira, 1991).

En las primeras etapas, el niño ciego suele utilizar un lenguaje verbalista, esto se refiere a que, a menudo utilizan palabras sin saber su significado. Suelen utilizar demasiadas palabras para referirse a sus acciones y junto a esto las acompañan otras características del lenguaje, por lo que se señala que el niño ciego utiliza un lenguaje egocéntrico (Pérez Pereira, 1991).

Las primeras palabras de un niño ciego se refieren, mayormente, a objetos o también a sus propias acciones, pero demoran un tiempo más en reconocer y describir las acciones que los sujetos videntes (Pérez Pereira, 1991).

La falta de visión en las primeras etapas del niño dificulta y retrasa la intención de comunicar el lenguaje. La adquisición del lenguaje en los niños invidentes, indica que éste cumple una función muy importante en el desarrollo de los niños ciegos. En ausencia de los gestos que las personas videntes logran captar de el exterior, los invidentes pueden utilizar sus primeras emisiones verbales para demandar objetos y para iniciar conversación con el adulto. La audición puede sustituir a lo visual en la construcción de los primeros significados de los niños ciegos (Pérez Pereira, 1991).


El niño ciego construye vías alternativas a las visuales para relacionarse con las personas, de esta manera demuestra su afecto hacia ellas, también crea las primeras formas de comunicación, siempre que los adultos sean capaces de entender y responder a esas formas de comunicación no visuales. No se puede dejar de lado las dificultades que el niño tiene en ausencia de la visión, por lo tanto es necesario que el adulto establezca comunicación preverbal y verbal lo antes posible para enseñarle los objetos que están a su alrededor, convirtiéndose los adultos en una importante herramienta para facilitar el desarrollo lingüístico de estos sujetos. En consecuencia, la falta de visión restringe y limita al niño ciego en la percepción de sus propias acciones, un vocabulario temprano del niño ciego puede proporcionar información sobre su realidad y sobre las cosas que considera más importante (Pérez Pereira, 1991).

Las primeras palabras de todos los niños se relaciona con sus experiencias perceptivas del entorno, pero en el que es ciego estas experiencias se reducen. Para adquirir una información espacial requiere de una exploración secuencial, una reconstrucción y síntesis. Así el lenguaje del niño se centra más en sí mismo y no se orienta, hacia el medio o hacia experiencias que son ajenas para él. La ceguera total demora aun más la comprensión de objetos y del espacio, pero no la adquisición de las primeras palabras. Algo de visión, aunque sea muy poca, logra estimular el desarrollo de conceptos y la relación con su entorno social (Pérez Pereira, 1991).

La adquisición del lenguaje es uno de los aspectos psicológicos principales. No solo el lenguaje es una capacidad específicamente humana sino también el que se trate de una actividad psicológica cuyo resultado es evidente, también es una de las razones que han determinado el interés por la adquisición del lenguaje en los niños ciegos. Bajo la aparente simplicidad del desarrollo del lenguaje se esconde una enorme complejidad en la cual hay múltiples aspectos que interactúan y que son relevantes en el desarrollo y aprendizaje de los sujetos videntes y no videntes (Abuchedid, Fernández, Pfurr, 2005).

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