Las características del aula que habitualmente son necesarias para la atención a las personas con deficiencias visuales son:
* Un espacio donde desarrollarse.
* La garantía de que el alumno/a será informado de los cambios introducidos en la organización espacial por pequeños que estos sean.
* La adaptación del material a sus necesidades.
* El sustento técnico que requiera el programa del aula.
Uno de los elementos más importantes en el proceso educativo es la relación que establece el alumno/a con el profesorado, así como el resto de compañeros del grupo. Las actitudes a potenciar en el profesor/a frente a personas con deficiencia visual:
* El adulto debe evitar el miedo a relacionarse con el deficiente visual a través de una correcta información.
* Usar las palabras del vocabulario habitual que tienen referencia con la visión de forma natural y cuando la situación lo requiera.
* Cuando nos presentamos identificarnos de forma inequívoca o bien dar opción a que ella nos pregunte.
* Al dirigirnos a una persona deficiente visual lo haremos de manera que esté segura de que nos dirigimos a ella y hacerle notar el final de la conversación para que no se quede hablando sola. * No dejar de utilizar gestos y expresiones que se usan habitualmente.
* No dejarse llevar por la dinámica de la persona con ceguera, y por compasión o paternalismo dejar que sea ella la que marque siempre las pautas.
* En el caso de alumnos con deficiencia visual grave motivarlo para que use la visión, ayudarle a vivir con su deficiencia, enseñarle lo que los demás ven, centrar al alumno con respecto al objeto que desea ver y tener en cuenta que siempre será más lento al realizar las tareas, especialmente la escritura y la lectura comprensiva (Suaréz, 1995).
No hay comentarios:
Publicar un comentario